Gustavo Matos, vicepresidente segundo del parlamento de Canarias y hombre fuerte del ministro socialista Ángel Víctor Torres, tiene una conexión con el narco. El asunto es bastante turbio: ha sido cazado mediando con traficantes —un capo libanés que domina el sur de Tenerife—, según informes policiales a los que ha accedido EL MUNDO. La cosa puede escalar, ya que se jactaba de tener acceso a varios ministros del Gobierno. Analizamos las claves con Gema Peñalosa